Dar a conocer a las personas el arte que se da
en las calles de Tegucigalpa, fuente de riqueza artística de personas anónimas
que realizan acciones espectaculares, adornando las paredes de la ciudad.
A estas personas que dedican tiempo y esfuerzo
en recrear formas diversas, vistosas y armoniosas que se adaptan a la vida de una
urbe en la cual por el movimiento constante de las personas y el ajetreo hacen
que no nos detengamos y apreciemos con calma estas obras de arte, que no son
expuestas en vitrinas de salas temporales y permanentes de algún museo, sino
que amanecen con el brillo del sol que surca el este y duermen en las aceras como
el vagabundo, esperando ser vistos por alguien y que alguien contemple su
belleza aunque sea por un instante.
Por favor, déjame un comentario.